Desde el año 2015, con la aprobación de la Ley 35/2015, de 22 de septiembre, de reforma del sistema para la valoración de los daños y perjuicios causados a las personas en accidentes de circulación las reclamaciones derivadas de siniestros de tráfico han variado de forma sustancial. Básicamente, la nueva ley favorece a las compañías aseguradoras, eliminando el cauce rápido y gratuito para el lesionado. Y es por este motivo que se hace más necesario que nunca contar con el asesoramiento de un experto en este terreno, y no un abogado generalista que desconozca las especificidades derivadas de los cambios normativos.
La póliza de responsabilidad civil suscrita con la compañía de seguros lo que comúnmente se conoce como seguro de circulación, además de cubrir los daños de su vehículo, físicos o a terceros, incluye los gastos de un letrado independiente a su elección. Eso le asegura una defensa jurídica absolutamente independiente de los intereses de las aseguradoras que se han visto implicadas en el siniestro; desde mi experiencia en este tipo de sucesos, me pongo a su disposición para defender sus legítimos intereses.